
Los huérfanos deben alimentarse por lo menos 4 veces al día, pero los recién nacidos muy pequeños o débiles podrían requerir alimentos cada 2 a 4 horas y los animalitos mas grandes, cada 4 a 6 horas.
Es importante mantener una rutina de alimentación estable y que los gatitos no pasen muchas horas sin comer. En condiciones normales, los cachorros y gatitos de 1 a 2 semanas de vida que reciben cuatro a cinco raciones diarias satisfacen mas del 90% de sus necesidades.
Los sustitutos de la leche de gata deben calentarse a 38°C y suministrarse con lentitud, mediante biberones pequeños o especiales para animales huérfanos (los venden en las Veterinarias y tiendas de mascotas).
Trate de darle tiempo a cada gatito para comer y no lo fuerce a tragar rápido. Al igual que con los bebés humanos, es conveniente acariciar su lomo suavemente para que expulsen el aire acumulado al comer.
Los alimentos fríos, la administración rápida, o la sobrealimentación podrían causar regurgitación, aspiración, distensión y diarrea. Si aparece cualquier signo adverso, es decir: los gatitos no comen, tienen diarrea constante, vomitan o adelgazan a pesar del alimento, es necesario consultar con el Veterinario.
Si se observa diarrea suave, hay que reducir el volumen de la ración o diluir el alimento con agua, luego se debe incrementar en forma gradual para cumplir con los requerimientos calóricos.
No sobrealimente a los gatitos, podrían enfermarse. Durante las dos primeras semanas de vida, los gatitos deben evaluarse a diario. Deben estar bien hidratados, dormir sin sobresaltos, y aumentar de peso en forma normal. Es importante registrar la vigilia (período en que están despiertos), la succión , el comportamiento general, la temperatura corporal, el peso y las deposiciones diariamente o más a menudo si se advierte debilidad o apatía o cualquier signo extraño y preocupante.